lunes, 27 de abril de 2020

La otra cara del coronavirus

La enfermedad no solo ha causado estragos en la salud de las personas, sino que la economía de las hogares se ve amenazada frente a una pandemia que parece no tener fin.


REPÚBLICA DOMINICANA. - El sueño de Sócrates Duarte, un padre de cinco hijos, era proporcionarle a su primogénita estudios universitarios de calidad, sin embargo, esa meta se vio frustrada cuando Sócrates tuvo que cerrar su negocio de venta de accesorios para celulares luego de la llegada del coronavirus al país.

La gente dejó de comprar los aparatos móviles, y tiempo después, el Gobierno dominicano dispuso el cierre de los negocios no esenciales para evitar la propagación del virus.

La familia se mantuvo en casa por aproximadamente un mes, sin embargo, al ver que se agotaban los alimentos, Sócrates se vio obligado a salir a las calles para vender extensiones de pelo en una esquina de la avenida Juan Pablo Duarte, principal arteria comercial de la capital dominicana.

Este padre de familia cuenta que diario obtiene de RD$60 a RD$80, con lo que compra huevos y batata para la única comida que consumen al día, la cena, a las 6 de la tarde.

Con sus ojos llenos de lágrimas, narra cómo tiene que recorrer a pie 20 kilómetros para llegar a su puesto en la avenida Duarte, donde vende pelo procesado, que cuestan entre RD$50 y RD$80 el paquete.

“Originalmente yo vendo y reparo celulares, pero como ya me quedé sin clientes tuve que ponerme a vender cabellitos en esta esquina para que mi familia no se muera de hambre”, expreso Sócrates acomodando su mercancía.

Igual que Sócrates, Magnolia Flores, ha tenido que hacer malabares para llevar el pan de cada día a su hogar.

Magnolia, es una madre de seis hijos, cuyo esposo quedó inválido como consecuencia de un asalto, cuando se dirigía a su hogar con un regalo de aniversario para su compañera de vida.


 
Juan Vargas, esposo de Magnolia, no se percató de que dos hombres lo esperaban a dos esquinas de su trabajo a bordo de una motocicleta para quitarle sus pertenencias, y mucho menos se imaginó que era el último día que utilizaría sus pies para caminar. Juan sufrió una lesión en la medula espinal, luego de recibir cinco impactos de bala, que provocaron fracturas en su columna vertebral.

Desde entonces, Magnolia se hace cargo de su hogar vendiendo arepas en la calle, pero luego de la declaratoria de emergencia por la pandemia del coronavirus, se ha visto obligada a vender mascarillas y guantes en las principales avenidas del Gran Santo Domingo, con el riesgo de contagiarse del covid-19, enfermedad que tiene al mundo en vilo.

Vea: Trabajadores informales esperan ser incluidos en ayuda del Gobierno



Como forma de dar respuesta a las adversidades que arrastra el covid-19, el Gobierno dominicano dió a conocer varias medidas.

La primera dama de la República, Margarita Cedeño de Fernández, anunció que otros 70 mil nuevos hogares ingresarán al programa temporal Quédate en Casa en todo el país, que ejecuta el Gobierno para mitigar los efectos económicos de las medidas para enfrentar el coronavirus.

Muchos de estos hogares donde residen trabajadores informales como estilistas, motoconchistas, buhoneros, electricistas y otros técnicos cuya actividad económica se ha visto afectada por las medidas gubernamentales impuestas para evitar la propagación de la enfermedad, recibirán la ayuda en los próximos días, de acuerdo a lo informado por la funcionaria.

En ese sentido, pidió la solidaridad de los comerciantes para que cuiden a los beneficiarios del programa y le ofrezcan los productos al mejor precio posible, al momento que expresó que la Administradora de Subsidios Sociales (Adess) trabaja en coordinación con el Instituto Nacional de Protección a los Derechos del Consumidor (Proconsumidor) en esa tarea.


Este anuncio causa un respiro en hogares donde dicen estar desamparados en uno de los momentos más difíciles para la salud y la economía del mundo.

Lea también: Vicepresidenta explica quiénes aplican para Quédate en casa


No hay comentarios:

Publicar un comentario